Río arriba la carpa koi se pinta
de colores para convertirse en dragón.
Río arriba lucha, llora.
La sal se diluye en el torrente
dulce y nadie puede verlo.
Sólo es otro pez nadando a
contracorriente.
Se enfrenta a la más dura de las
batallas, contra su propio destino.
Entonces deja de pelear, olvida
la razón por la que fue concebida.
Se deja llevar por el cauce.
Nunca quiso ser un dragón.
Hasta el mar.
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